jueves, 19 de enero de 2012

#somosnuestrasbanquetas

Estacionamiento en Banquetas

 

El fenómeno, cada vez más común del estacionamiento en banquetas no se debe convertir en costumbre, que de tanto verlo, nos deje de parecer agresivo, oprobioso, en este como en muchos otros temas relacionados, el fondo es: Equilibrio Modal en el Espacio Público, dar a cada modo de transporte su lugar, lo que le corresponde, no solo por la dignidad propia, sino también por capacidad o potencia.

Que significa esto? El Automóvil, por menos caballos de fuerza que tenga su motor, siempre va a ser mucho muy superior a las capacidades de una persona en silla de ruedas, andadera, a pie o en bicicleta, por tanto en una lógica muy simple, tendríamos como resultado las prioridades a las que debemos atender con políticas públicas en nuestras ciudades.

No solo en las Notarias, Hospitales, Oficinas Públicas o Privadas, cada día por todos lados en pueblos y  ciudades vemos replicarse esta situación, aunada a una concepción errónea de que mi banqueta (al frente de mi propiedad) me pertenece y por tanto, puedo hacer en y con ella lo que se me antoje, vemos desde banquetas con jardineras o arriates elevados, con rampas para autos que comienzan desde el arrollo vehicular y no pasando la baqueta como debía de ser, con escalones, acabados variopintos en decoración y superficies, que aparte de romper con una uniformidad deseable, muestran las peores manifestaciones artísticas que en muchos casos conllevan peligro inherente al poner piedras, materiales resbalosos, obstáculos o el tan recurrido adopasto (cientos de macetas inútiles de pasto seco) que convierte a las mismas en una carrera de obstáculos hasta para el mas atlético de los mortales, no se diga para las personas con movilidad reducida ya sea de carácter temporal o permanente.

Es importante entonces que pensemos las banquetas como canales de transportación para las personas, teniendo una lógica de uso de ellas, con niveles de servicio analizables y medibles que puedan llevar a decisiones de llevar a cabo obras de ampliación cuando ese nivel de servicio optimo se vea rebasado e imponer en la normatividad una división básica del destino de éstas, clasificándolas por lo menos en: 1. Zona de ingresos /salidas – aparadores 2. Zona de tránsito no motorizado y 3. Zona de infraestructuras, arbolado y en su caso mobiliario urbano

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