MUERTE Y VIDA DE LAS
GRANDES CIUDADES
Madrid: Ediciones
Península, 1973
Jane Jacobs
Usos
de las aceras: seguridad
Las
calles de las ciudades sirven para muchas cosas aparte de soportar el paso de
vehículos; y las aceras de las ciudades - parte de las calles destinada a las
peatones - tienen muchos otros usos además de soportar el caminar de los
peatones. Estos usos están en estrecha relación con la circulación, pero no se
identifican con ésta, y en rigor son por lo menos tan importantes como la circulación
para el buen funcionamiento de las ciudades.
En
sí misma, una acera urbana no es nada. Es una abstracción. Sólo tiene
significado en relación con los edificios y otros servicios anejos a ella o
anejos a otras aceras próximas. Lo mismo podríamos decir de las calles, en el
sentido de que sirven para algo más que para soportar el tráfico rodado. Las
calles y sus aceras son los principales lugares públicos de una ciudad, sus órganos
más vitales. ¿Qué es lo primero que nos viene a la mente al pensar en una
ciudad? Sus calles. Cuando las calles de una ciudad ofrecen interés, la ciudad
entera ofrece interés; cuando presentan un aspecto triste, toda la ciudad
parece triste.
Y
más todavía - y con esto topamos con el primer problema -, si las calles de una
ciudad están a salvo de la barbarie y el temor, la ciudad está más o menos
tolerablemente a salvo de la barbarie y el temor. Cuando la gente dice que una
ciudad o que una parte de la misma es peligrosa o una jungla, quiere decir
principalmente que no se siente segura en sus aceras.
Pero
las aceras y quienes las usan no son beneficiarios pasivos de seguridad o
víctimas sin esperanza de un peligro. Las aceras (la utilidad que prestan) y
sus usuarios son partícipes activos en el drama de la civilización contra la
barbarie que se desarrolla en las ciudades. Mantener la seguridad de la ciudad
es tarea principal de las calles y aceras de una ciudad.
artículo completo: http://www.arq.ufsc.br/urbanismoV/artigos/artigos_jj.pdf
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